• 4 velas de miel.
• Un plato grande suficiente para contener las velas y la cera que se derrame.
• Canela en polvo (para la atracción de energías positivas y protección).
• Azúcar (para endulzar las situaciones o relaciones).
• Fósforos o un encendedor.

Procedimiento:

• Elige un espacio tranquilo y seguro donde puedas realizar el ritual sin interrupciones. Asegúrate de que este lugar esté limpio y ordenado, creando un ambiente propicio para la concentración y la energía positiva.
• Coloca el plato en el centro de tu espacio de trabajo. Este plato servirá para recoger la cera de las velas de miel y proteger la superficie sobre la que trabajas.
• Dispón las velas de miel sobre el plato, asegurándote de que tengan espacio suficiente entre ellas para que la cera pueda esparcirse sin apagar las otras velas.
• Mezcla un poco de canela en polvo con azúcar. La proporción no necesita ser exacta, pero asegúrate de tener suficiente mezcla para rodear las velas.
• Espolvorea la mezcla alrededor de las velas, formando un círculo.
• Enciende una vela de miel con los fósforos o el encendedor. Si tu intención es específicamente para la abundancia, concéntrate en esa energía mientras enciendes la vela. Si deseas endulzar relaciones o situaciones, enfoca tu mente en ese deseo.
• Repite este proceso en cada día maestro, encendiendo una nueva vela de miel. La repetición fortalece tu intención y la energía que estás canalizando.
• Mientras la vela arde, toma este tiempo para meditar sobre tus deseos de abundancia y dulzura en tu vida. Visualiza claramente cómo estas energías positivas se manifiestan en tu realidad, mejorando tu vida y la de aquellos a tu alrededor.
• Deja que la vela se consuma completamente en un lugar seguro. Nunca dejes una vela encendida sin supervisión.
• Una vez que la vela se haya consumido, puedes limpiar el plato y guardarlo para el próximo ritual.